Recientemente el Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) ordenó la paralización temporal de las operaciones de la empresa Industrias Panamá Boston (PABO), ubicada en la comunidad de Boca La Caja, luego de detectar descargas inadecuadas de aguas tratadas y conexiones ilegales al sistema pluvial que desemboca en la Bahía de Panamá.
La medida, que se basa en la Resolución DRPM-AL-OF-173-2025, fue tomada como prevención mientras se investiga la posible afectación ambiental.
De acuerdo con MiAMBIENTE durante la inspección, los técnicos de la institución encontraron acumulación de lodos y la conexión de aguas tratadas desde la planta industrial hacia un sistema pluvial que descarga directamente al mar, lo cual representa un riesgo para la calidad del agua y los recursos naturales de la zona.
“Esta medida busca evitar que se agraven los impactos mientras se lleva a cabo la investigación correspondiente. Nuestra responsabilidad es actuar cuando se identifican posibles riesgos ambientales, siempre en cumplimiento del marco legal vigente”, expresó Edgar Naterón, director regional de MiAMBIENTE en Panamá Metropolitana.
La entidad reiteró la importancia de que las empresas cercanas a cuerpos de agua cumplan con el manejo adecuado de sus sistemas de tratamiento, vertido y saneamiento, conforme a la Ley 41 de 1998 y su reglamentación.
No obstante, la situación tomó un giro inesperado cuando se conoció que el líquido celeste visible en una fotografía aérea publicada por MiAMBIENTE no era evidencia de contaminación, sino un tinte utilizado para determinar el recorrido de fluidos en una tubería y así saber cuál es el destino final, que se conoce como trazabilidad. Así lo explicó el ingeniero ambiental Francisco De Arco, quien detalló que se trató de azul de metileno, una sustancia que, usada en concentraciones adecuadas, no representa daño para la vida acuática.
La imagen fue compartida en el portal oficial de MiAMBIENTE el pasado 21 de julio, sin pie de foto ni leyenda aclaratoria, junto a la nota que anunciaba el cierre temporal de la planta. Para el gerente general de PABO, Carlos Ortiz, esta omisión pudo haber generado confusión pública al asociar el color del agua con un episodio grave de contaminación.
Ortiz subrayó que la empresa cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales certificada, realiza mediciones mensuales en coordinación con el IDAAN y que todos los parámetros están dentro de los límites permitidos. A su juicio, el cierre representa una medida desproporcionada, con un fuerte impacto económico, afectando a 604 trabajadores, más de 6,500 clientes y numerosos proveedores.
MiAMBIENTE aclaró que la paralización es preventiva y se mantendrá vigente hasta que concluyan las diligencias técnicas y administrativas que determinarán si existen sanciones o medidas correctivas por aplicar.